
La torre Eiffel es, sin duda, el edificio más representativo de París. Todo el mundo lo sabe. Pero no todo el mundo se ha fijado en un detallito de la torre: por encima del primer arco están inscritos los nombres de 72 científicos, una lista que fue confeccionada por Gustave Eiffel, el diseñador de la torre. Pues bien, uno de estos «elegidos» es Gaspard-Gustave de Coriolis.
¿Quién era Coriolis y qué tiene que ver con los hemisferios?
En este post le conoceremos mejor y, de paso, revisaremos uno de los mitos de los que más hablamos cuando viajamos entre hemisferios.
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Al hablar de viajes entre hemisferios, no será raro que hayáis escuchado que, en el hemisferio sur, el agua de un desagüe (por ejemplo, el de un lavabo), al vaciarse, gira en el sentido de las agujas del reloj, y que ocurre lo contrario en el hemisferio norte. Curioso, ¿verdad? Pero… ¿Sabemos si esto es verdad? ¿Tiene base científica o sólo es un mito?
Lo cierto es que hay base científica. Y ahí es donde entra en escena Monsieur Coriolis. Este distinguido matemático e ingeniero mecánico francés dedicó gran parte de su carrera a estudiar el movimiento de sistemas en rotación. Frutos de ese estudio fueron el teorema de mecánica que lleva su nombre y, por supuesto, el denominado «efecto Coriolis».
Este «efecto Coriolis» es el responsable de que, en el hemisferio sur, las corrientes marinas se desvíen a la derecha en el hemisferio norte y a la izquierda en el hemisferio sur, y de que las borrascas en el hemisferio sur giren en el sentido de las agujas del reloj, y al contrario en el hemisferio norte.
A partir, se creó todo un mito que asegura que el hecho de que un desagüe se encuentre en el hemisferio sur o en el hemisferio norte cambia el sentido en que se vaciará. O dicho de otra forma, podríamos saber en qué hemisferio estamos simplemente con ver en qué dirección se vacía un lavabo, por ejemplo.
Un mito curioso, ¿eh? Interesante para nuestras conversaciones de viaje, ¿verdad? Ahora bien, ¿es real?
Pues lo cierto es que, a pesar de lo llamativo de la idea, es (casi) completamente falso. Existe el «efecto Coriolis», eso es verdad, y afecta significativamente a las grandes masas (corrientes marinas, borrascas, etc.), pero no a pequeñas masas de agua como las que podríamos analizar en un lavabo o en una bañera. A esta escala, la dirección en que se vacíe un lavabo dependerá mucho más, por ejemplo, de la «arquitectura» del lavabo que del «efecto Coriolis». Así de sencillo. Todo lo demás es ciencia-ficción.
Total, que ha caído un mito, ¿no? Pues así es pero… ¿A que te has quedado con la curiosidad y cuando viajes a otro hemisferio vas a comprobar en qué sentido se vacía el lavabo?
Por cierto, hay una forma muy divertida de comprobarlo… ¡Viajando!
¡Nos vemos en el próximo post!
¿Te animas? Pues… ¡No te olvides el Pijama!