
Todos los años, en las últimas semanas de septiembre, Múnich suele acaparar unos minutos en los telediarios:
Empieza la Oktoberfest y la música bávara, los trajes populares y unas generosas jarras de cerveza son la imagen de la ciudad por unos días.
Pero… ¿Múnich es eso? Pues evidentemente NO SÓLO es eso. En este post, mi intención es describirte algunos de los encantos que esta ciudad conocida, entre otras cosas, por su cerveza, sus BMW y, para los más futboleros, por el FC Bayern, tiene reservados a quienes la visitan. Vamos allá…
Por cierto, ¡no te olvides el pijama!
(Eugen Roth, poeta muniqués)
Ordenada y, al tiempo, bulliciosa; elegante y, a la vez, siempre preparada para la fiesta. Respetuosa con sus tradiciones, pero sin dejar de mirar al futuro. Es difícil hablar de Múnich sin tener en cuenta sus contrastes. Pero son precisamente estos contrastes, unidos a la alegría de vivir de sus habitantes, los que hacen de Múnich un «Millionendorf» (literalmente, «pueblo de un millón de habitantes») verdaderamente entrañable.
Empieza la Oktoberfest, pero antes hay que preparar el viaje:
Cuándo ir:
Situada a unos 100 km al norte de los Alpes, Múnich disfruta de un emplazamiento ideal para quienes quieran combinar la visita a la ciudad con unos días de esquí. O para disfrutar de una ruta por el sur de Alemania (Baviera, Selva Negra, Alpes alemanes…), por Austria, norte de Italia, etc. Todo dependerá de los días de que dispongamos.
Siempre es arriesgado proponer una época concreta para viajar a una ciudad, y Múnich no es una excepción. Habrá quienes tengan ya las fechas marcadas porque visiten la ciudad por un motivo concreto (una feria de muestras, un evento deportivo o ¡la propia Oktoberfest!). Otros tendrán que decidir si prefieren viajar, por ejemplo, en primavera, cuando las temperaturas son más agradables y la combinación con una ruta alpina es, quizá, más fácil, o si prefieren visitar los entrañables mercadillos navideños que cubren la ciudad en tiempo de Adviento.
En cualquier caso, no es una ciudad de clima extremo. La cercanía de los Alpes tiene incidencia en las precipitaciones que recibe la ciudad, pero sería injusto calificarla de “ciudad lluviosa”. Y las temperaturas pueden llegar a ser bastante frías en invierno, pero tampoco para quedarse como cubitos de hielo. Resumiendo: paraguas o chubasquero y si vamos en invierno, un buen abriguito y guantes.
Cómo ir:
Múnich está muy bien conectada por avión con España. Compañías como Lufthansa o Iberia tienen vuelos a Múnich desde, al menos, Madrid y Barcelona y, por lo que tengo entendido, también desde Palma de Mallorca, las Islas Canarias o Santiago de Compostela. Por otra parte, la compañía Ryanair ofrece vuelos a la cercana ciudad de Memmingen desde otros destinos en España y Portugal (el aeropuerto está más lejos, pero es otra opción).
Tanto si optamos por el tren o el coche, tendremos también muy buenas conexiones con los países limítrofes. La red de trenes en Alemania (www.bahn.de) es bastante amplia y razonablemente eficiente y, con respecto al coche, Alemania es un país muy preparado y cómodo para utilizar ese medio de transporte. Ojo, no olvidemos equiparnos de ruedas de invierno si viajamos a Alemania en los meses más fríos del año (los coches de alquiler suelen llevarlos, pero conviene confirmarlo con la compañía).
Supervivencia – Dónde dormir y comer:
Múnich cuenta con una oferta hotelera muy amplia. Pero hay que tener en cuenta que, para poder conseguir buenos precios en los hoteles de esta ciudad, tendremos que reservar con bastante antelación. A ser posible, debes evitar fechas como ferias de muestras en las que los precios suben considerablemente.
Si nuestra intención no es visitar la Oktoberfest, lo mejor será que evitemos esas fechas para visitar la ciudad. Los precios de los hoteles alcanzan niveles astronómicos durante esa celebración (especialmente los fines de semana).
Os propongo algunos hoteles:
Europäischer Hof: uno de los “clásicos” de Múnich. Situado junto a la estación central (Hauptbahnhof), ofrece una localización idónea para los que decidan venir en tren a visitar la ciudad
NH München Deutscher Kaiser: también junto a la Hauptbahnhof, es ideal para quienes acostumbréis a “ser fieles” a cadenas hoteleras españolas como NH. Desde sus plantas superiores, las vistas sobre la Altstadt son impresionantes.
Leonardo Boutique Hotel Munich: situado en una zona residencial y universitaria, muy bien comunicada, ofrece una buena combinación de hotel moderno y tranquilo.
Con respecto a la comida, Múnich cuenta con una amplia oferta de restaurantes, tanto de cocina bávara como de otras especialidades, como la italiana. En comida bávara, recomiendo alguno de los siguientes:
“zum Augustiner” (Neuhauser Str. 27): amplio restaurante tradicional bávaro, con comida a precios razonables.
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Weissbier y Brezel en Augustiner |
“Ratskeller” (Marienplatz 8): situado en el propio edificio del Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus), es un local de curiosa decoración en el que se puede degustar una amplia carta de productos regionales
“Weinhaus Schneider” (Sparkassenstraße 1): cercano a la Hofbräuhaus, es un restaurante agradable, algo más clásico que los dos anteriores, y de buena calidad.
Una vez en Múnich:
Paseando por la Altstadt:
Una visita a Múnich debe incluir un paseo por el casco antiguo de la ciudad (Altstadt). Aunque hay miles de combinaciones posibles, os propongo comenzar vuestra visita en Karlsplatz (o Stachus, como suelen llamar los muniqueses a esta plaza).
Atravesando una gran puerta (Karlstor), nos adentramos en el casco antiguo. A nuestro paso por la Neuhauser Straße, encontraremos:
– La Bürgersaalkirche, una de las notables representaciones del barroco religioso en la ciudad, edificio que, cuando se construyó, nadie pensaba que iba a ser una iglesia.
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Descubriendo el Barroco en la Bürgersaalkirche |
– St. Michael-Kirche: iglesia de los jesuitas, fue construida a imagen y semejanza de la iglesia del Gesù en Roma, y sirvió de modelo para numerosas iglesias barrocas en Baviera.
Como curiosidades, en esta iglesia está enterrado Luis II de Baviera (el llamado “Rey Loco”, del que oiremos hablar en cualquier excursión por Baviera.
Por otra parte, las dimensiones de esta iglesia le permitieron ser, durante muchos años, la iglesia católica más grande al norte de los Alpes.
Por cierto, enfrente de esta iglesia se encuentra el restaurante “zum Augustiner” que mencioné antes. No oculto que es uno de mis favoritos en Múnich, un clásico de la comida tradicional bávara. Es importante saber que este restaurante fabrica su propia (y excelente) cerveza, de nombre «Augustiner», para no caer en el error de pedir una cerveza de otra marca: ¡en Augustiner sólo se bebe cerveza Augustiner!
– Frauenkirche: es la catedral de Múnich. Sus dos torres gemelas, acabadas en unas características cúpulas, son casi el “logotipo” de la ciudad.
Aparte del impresionante Altar Mayor y numerosas obras de arte, como curiosidad, en la entrada de la Frauenkirche encontramos el Teufelstritt o «pisada del diablo». Cuenta la leyenda que, cuando comenzaron las obras de la catedral, digamos que al diablo no le hizo mucha ilusión la idea. Pero el arquitecto consiguió convencerle para que no pusiera impedimentos a su construcción. Y lo hizo prometiéndole que la iglesia no tendría ninguna ventana.
Al terminar las obras, el diablo fue a ver cómo había quedado todo y, sobre todo, a comprobar si su acuerdo se había cumplido. El arquitecto le situó en la entrada y allí le mostró que la catedral no tenía ventanas. El diablo quedó conforme, pero cuando iba a salir de la iglesia oyó las risas del constructor: le habían engañado. Le habían puesto en un punto desde el que no se ve ninguna ventana. Pero las había, y muchas, así que el diablo se enfadó y dio un pisotón tan fuerte en el suelo que dejó su huella en la iglesia (el Teufelstritt). Buscadlo cerca de la entrada, ya veréis…
Nota al pie de página, para aquellos que digan «pues es mentira, se ven ventanas»: durante más de dos siglos, concretamente hasta 1858, desde ese punto no se veía la ventana que ahora podéis ver, estaba oculta tras el Coro…
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Frauenkirche y Neues Rathaus |
– Marienplatz: es el corazón de la ciudad. Aquí se encuentran el Nuevo Ayuntamiento (Neues Rathaus), con su famoso carillón (Glockenspiel) y su imponente torre, el Viejo Ayuntamiento (Altes Rathaus) y, durante el Adviento, allí se instala uno de los famosos mercadillos de Navidad (Christkindlmarkt).
La Fuente de los Peces (Fischbrunnen) es otro de los puntos característicos de la Marienplatz. De hecho, es el lugar que se utiliza tradicionalmente como punto de encuentro. Si quedáis con alguien en Múnich, no será raro que os proponga veros en la Fischbrunnen. Y en la Fischbrunnen hay que meter, cada miércoles de Ceniza, las carteras vacías. Según esta tradición de origen medieval, al año siguiente la tendremos llena…
– Neues Rathaus: el Nuevo Ayuntamiento es un edificio de estilo neogótico cuya torre tiene un aspecto muy característico y, sobre todo, unas buenas vistas sobre la ciudad. Con sus 85 metros de altura, en días claros, desde allí se pueden distinguir claramente muchas de las cimas de los Alpes bávaros y austriacos (por cierto, una buena idea, si tienes tiempo, es coger el coche y recorrer alguna de las carreteras alpinas más impresionantes)
Pero lo que enamora a turistas y lugareños del Neues Rathaus es, sin duda, el Glockenspiel. El Glockenspiel es un carillón con 32 figuras que representan diferentes figuras relacionadas con la Historia y simbología muniquesa, y se mueven al compás del sonido de las 43 campanas a ciertas horas. En concreto, el Glockenspiel funciona diariamente a las 10 y las 11 de la mañana y, entre marzo y octubre, también a las 17h.
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Neues Rathaus |
– Altes Rathaus, o “Antiguo Ayuntamiento”, que alberga el Museo del Juguete.
– Heilig-Geist-Kirche, una verdadera joya del barroco bávaro.
– Iglesia de San Pedro (St. Peter): llamada por los muniqueses sencilla y cariñosamente “Alter Peter” (viejo San Pedro), es la iglesia más antigua de Múnich
Al estar situada en un pequeño alto, pero muy cerca de la Marienplatz, sus vistas de la Marienplatz, el Neues Rathaus y la Marienkirche son fabulosas. Por cierto, mejor no subáis si hay tormenta. Dicen que, históricamente, su torre es uno de los puntos de la ciudad donde más rayos han caído…
– Viktualienmarkt: esta plaza está activa como mercado desde principios del siglo XIX, y no sólo sirve como mercado, sino que es lugar de celebración de numerosos eventos y fiestas tradicionales.
Por cierto, con buen tiempo, es un placer tomarse una cerveza en el Biergarten que hay en la plaza. ¿O acaso nos íbamos a perder esa experiencia?
Y hablando de cerveza…
– Hofbräuhaus: esta cervecería, situada en el número 9 de Platzl, es la más famosa de Múnich, y probablemente la más famosa del mundo. Allí encontraremos todo lo que la imaginería popular espera encontrar en Baviera: buena cerveza, platos regionales, música bávara en directo y, claro está, muchos turistas.
Ojalá tengas la suerte de visitarla en un momento en que la afluencia de turistas no sea excesiva. Así podrás disfrutar de una buena cerveza mientras puedes ver muniqueses “de toda la vida” y escuchar música tradicional bávara en directo. Por ejemplo, fíjate en las “jaulas taquilla” en las que guardan sus jarras los “habituales”.
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Música popular bávara en la Hofbräuhaus |
– Residenz, que fue palacio de los reyes de Baviera. De camino desde la Marienplatz, mientras vamos recorriendo la Residenzstraße, los amantes de la historia (y especialmente aquellos interesados en la Segunda Guerra Mundial y años previos) se van a encontrar con una curiosidad: la Viscardigasse.
En el año 1933 se instaló un puesto de las SS muy cerca de allí, y todos los que pasaban por allí debían hacer el saludo a Hitler. Esta calle la tomaban como rodeo aquellos que tenían que hacer ese recorrido, pero no querían hacer el saludo. Podéis ver unos adoquines dorados en la Viscardigasse, en memoria de aquellos que utilizaron ese callejón como gesto de rebeldía contra la locura nazi.
– Theatinerkirche: terminamos nuestro recorrido por la Altstadt en esta iglesia, que cuenta con las dos torres amarillas más famosas de Múnich. La Theatinerkirche es otra muestra de arte barroco, y además alberga los sepulcros de numerosos miembros de la familia real bávara.
¿Ganas (y tiempo) de más?
A partir de aquí, nuestro recorrido por Múnich puede seguir varios caminos, en función de nuestros gustos, del tiempo de que dispongamos, etc. Aquí os propondré algunas.
Por ejemplo, desde la Theatinerkirche podemos entrar en el Hofgarten, un bonito parque que llega a desembocar en el parque más famoso de Múnich: el Englischer Garten o Jardín Inglés. Este parque, cuyas dimensiones requieren disponer de bastante tiempo libre y de buen calzado, contiene elementos curiosos como un monóptero. Es un edificio parecido a un templo circular y sin paredes, rodeado por columnas desde el que se tiene una perspectiva distinta de la ciudad. O una torre (Chinesischer Turm) que recuerda a una pagoda china. Pasear por este parque y tomar algo por la zona (ya sea hacer un picnic, tomar algo en el Biergarten que hay justo a la Chinesischer Turm) puede ser una buena opción.
Ah, no os extrañéis si veis a gente cargando con tablas de surf en el Englischer Garten. A pesar de que estemos a muchos kilómetros del mar, ¡es posible hacer surf en el parque!
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Biergarten junto a la Chinesischer Turm (Englischer Garten) |
Por otra parte, quedan más opciones culturales que, aunque no se encuentran en la ciudad vieja (Altstadt), no por ello dejan de ser interesantes. Los amantes de la pintura podrán disfrutar visitando las Pinacotecas de Múnich. La Antigua Pinacoteca (Alte Pinakothek) está dedicada a autores anteriores al siglo XIX, mientras que la Nueva Pinacoteca (Neue Pinakothek) se centra en el siglo XIX. Estos dos museos forman parte, junto con la Pinakothek der Moderne (autores a partir del siglo XX) y la Gliptoteca, del “distrito artístico” de Múnich.
Aquellos viajeros que puedan disfrutar de más tiempo en Múnich podrán visitar, por ejemplo, el palacio de Nymphenburg, el Museo BMW, al Olympiapark o el Allianz Arena.
Por último, Múnich puede servir de base para hacer excursiones interesantes por la región de Baviera. Por ejemplo, es posible ir (tanto en coche como en transporte público) a lugares como Füssen (desde donde podremos visitar el famoso castillo de Neuschwanstein), ciudades como Salzburgo o Innsbruck, o lugares de recreo como el impresionante lago Chiemsee.
Pero ya hablaremos de ese viaje más adelante…
Espero que te haya gustado este post y, por supuesto, ¡espero tus ideas y comentarios!
¡Hasta pronto!