
Dormir en medio de la nada. Disfrutar del silencio, de la tranquilidad y de un cielo limpio, lleno de estrellas. Como si estuviésemos en medio de un desierto, porque lo cierto es que prácticamente lo estamos. Esto – y mucho más – es lo que ofrece el hotel Aire de Bardenas.
¿Os acordáis de aquellas películas americanas en las que buscan OVNI en el desierto de Nevada? ¿O de las escenas de astronautas paseando por la superficie lunar? Pues hay un poco de todo ello en las instalaciones de este hotel, pero con un toque navarro.
¿Te animas a descubrir las habitaciones y burbujas – sí, burbujas – del hotel Aire de Bardenas?
Pues… ¡No te olvides el Pijama!

El Parque Natural de las Bardenas Reales es un área semidesértica situada al sur de Navarra, en la depresión del Ebro, muy cerca de Tudela. Es una zona bastante seca, y en la que las pocas precipitaciones que se producen lo hacen de manera irregular. A lo largo de los siglos, esto ha hecho que la erosión haya ido creando unas formas muy singulares en el terreno, y conformando un paisaje curioso, desértico, “lunar”.
Junto a este entorno, que ha sido empleado por artistas y cineastas como marco de sus obras, anuncios publicitarios, películas, etc., se sitúa el hotel Aire de Bardenas. Es un concepto muy original, que ha obtenido numerosos premios de arquitectura, y que aporta elementos de lujo al disfrute de un paisaje natural único y, sobre todo, a la observación de un cielo limpio y sin precipitaciones la mayor parte del año. Y todo ello en unas instalaciones ecológicamente sostenibles.
La llegada al hotel tiene algo de ese ambiente misterioso. La entrada no queda lejos de la carretera, pero el acceso final es un camino de tierra (sin miedo, es apto para todo tipo de coches) que nos sitúa rápidamente en ese escenario desértico que buscamos. El exterior de las instalaciones, e incluso los carteles de la entrada, está plagado de palés que forman parte de esa curiosa puesta en escena.
Ya en el interior (o no, ya veréis), las estancias del Aire de Bardenas se dividen en habitaciones y burbujas. Y esta será la principal elección que tengamos que hacer al plantearnos pasar la noche allí.
Hay diferentes tipos de habitaciones: con patio, con bañera exterior, suites con o sin vistas… Y cubos. Estos “cubos” son uno de los emblemas del hotel. Presentar habitaciones con esta forma es muy original, los hay con vistas y con bañera exterior. En cualquier caso, la habitación es muy cómoda y suficientemente espaciosa, y cuenta con algo que, a pesar de que debería venir “de serie” en muchos hoteles, lo cierto es que no siempre se encuentra: el silencio. Al fin y al cabo, estamos durmiendo “en medio de la nada” …
El tema de la bañera exterior es algo curioso, la verdad. Darse un baño caliente en pleno invierno y observar las estrellas desde la bañera es una sensación muy agradable y relajante, ¿no os parece?

Por otra parte, como decía, están las burbujas. Es lo más curioso del hotel, pues se trata de unas esferas con el techo transparente que permiten disfrutar del cielo desde la cama y que, si no podemos dormir, en lugar de contar ovejitas podamos contar estrellas.
Pero, si son esferas… ¿Pasaremos frío? La respuesta es no, pues estas instalaciones tienen conectadas conducciones de calefacción que impiden que dormir allí acabe convirtiéndose en “la noche del frío”, sino en la experiencia original de dormir bajo las estrellas, pero no al raso.

El hotel no está lejos del núcleo urbano de Tudela, y el personal, por lo menos cuando nos alojamos, es muy dispuesto e informa muy bien sobre las opciones para visitar y comer o cenar en Tudela. Pero lo cierto es que, si queremos pasar unos días de plena desconexión, hasta la ciudad de Tudela nos parecería grande, de modo que podemos optar por cenar en el propio hotel. Una opción muy interesante, pues podremos degustar buenas muestras de la gastronomía navarra sin desplazarnos, dentro del edificio principal del hotel.
Por último, el hotel Aire de Bardenas ofrece multitud de actividades para complementar nuestra estancia. Visitas a bodegas, recorridos por el parque natural de las Bardenas Reales (por ejemplo, en segway), catas de vino o masajes son algunas de las opciones que nos proponen. Por supuesto, también podemos optar por un plan más sencillo, como tumbarnos al sol en su piscina. Será por tranquilidad…

En definitiva, el hotel Aire de Bardenas es, más que un establecimiento hotelero, una experiencia en cuanto a alojamiento y descanso. Es una opción muy personal de descanso, que muchos calificarán de “no apto para clientes clásicos”, pero que personalmente pienso que deberían probarlo especialmente esos clientes que, supuestamente, tienen un perfil clásico. Quién sabe, lo mismo se sorprenden a sí mismos…
Espero que hayáis disfrutado con el post, y que disfrutéis de un buen baño a la luz de las estrellas de este curioso hotel navarro.
¡Hasta pronto!
