Moscú (I): la ciudad de las cúpulas doradas

Catedral San Basilio Moscu Rusia

 

Viajar a Rusia supone adentrarse en un terreno que, para el común de los mortales, aún resulta exótico y misterioso. Al fin y al cabo, viajaremos al país más grande del mundo, en el que se mezclan rasgos y matices europeos y asiáticos, una cultura única y un sinfín de referencias imprescindibles en la Historia universal.

Con este post comenzamos un fascinante viaje por las dos ciudades más conocidas de Rusia (Moscú y San Petersburgo) y sus alrededores. Nos sumergiremos en la realidad de un país que se moderniza a un ritmo vertiginoso pero que, al mismo tiempo, sigue orgulloso de sus tradiciones, su religión, su historia y su cultura. Los contrastes van a ser nuestros compañeros de viaje en estos días, pero pronto veremos que en esos contrastes está lo bonito del viaje.

Nuestro periplo por Rusia comenzará por una visita a Moscú, su capital. Es una ciudad enorme, que muestra como ninguna el equilibrio entre la tradición y el proceso de modernización que ha experimentado el país en las últimas décadas.

El tamaño de Moscú, la mayor ciudad de Rusia, nos obligará a planificar muy bien nuestras visitas y recorridos, y a utilizar diversos medios de transporte. A cambio, la ciudad nos recompensará con un ambiente único y con manifestaciones artísticas y culturales en cientos de lugares (incluido el metro).

¿Estás preparado para viajar a Rusia? ¿Vienes a visitar Moscú?

Pues… ¡No te olvides el Pijama!

Plaza Roja Moscú Rusia
Paseando por la Plaza Roja

 

«En Rusia no hay caminos, tan solo direcciones»

(Proverbio ruso)

Preparando el viaje a Rusia:

Antes de viajar a Rusia, es muy conveniente que tengamos en cuenta algunas recomendaciones. No será nada difícil viajar a ese país ni desplazarnos por allí si preparamos nuestra documentación con un poco de margen y si no olvidamos emplear el sentido común.

El visado:

Para empezar, es muy importante saber que para viajar a Rusia hace falta un visado, al menos en el caso de viajeros de nacionalidad española (y creo que lo mismo ocurre con el resto de la Unión Europea pero, en caso de duda, conviene que contactéis con la embajada rusa en vuestro país). Esto lleva consigo tres implicaciones: pasaporte, coste y plazos.

Para obtener el visado para viajar a Rusia debemos contar con un pasaporte en vigor (si no lo tenéis o ha caducado, sumad a los plazos de que hablemos el plazo propio de obtener uno nuevo). El trámite de obtener visado no suele exceder los 10 días desde la presentación de toda la documentación, pero conviene hacerlo cuanto antes (nos pedirán datos de cómo viajaremos a Rusia y dónde nos alojaremos, así que conviene ir preparando documentación cuanto antes). El coste del visado dependerá de si lo pedimos “normal” (en torno a 60 euros) o “urgente” (aprox. 120 euros).

Por lo tanto, cuanto antes vayamos preparando nuestro visado, mejor y más barato. Si no queremos complicarnos mucho la vida (como fue nuestro caso), podéis conseguir el visado en la Central de Visados Rusos, con oficinas en Madrid y Barcelona y, hasta donde yo sé, con un procedimiento específico (mensajería, etc.) para quienes no puedan desplazarse físicamente a estas ciudades. En mi opinión, merece la pena delegar este trámite en este organismo.

Tren Moscú San Petersburgo Rusia
Recorrido entre Moscú y San Petersburgo en tren

Desplazamientos por Rusia:

A la hora de planificar una ruta por Rusia, mi recomendación es que, en la medida de lo posible, utilicéis el transporte público, especialmente los trenes y metros. Mira que me gusta a mí conducir, pero el tráfico puede llegar a ser algo caótico, y para quienes estamos acostumbrados a una conducción “normal”, algunas maniobras de los conductores rusos pueden ponernos los pelillos de punta.

Sin embargo, Rusia cuenta con una red de trenes tremendamente eficiente y segura, que nos permitirá llegar sin problemas a la mayor parte de lugares que queramos visitar durante nuestro viaje. En Moscú la tarjeta Troika de transportes será nuestra «compañera de viaje» para recorrer la ciudad en transporte público.

Otras consideraciones:

Rusia es, en general, un país seguro. Especialmente las zonas turísticas. Pero no debemos olvidar nunca ese elemento tan importante en nuestros viajes y en nuestra vida: el sentido común. Es decir, si en nuestras ciudades de origen no nos adentramos en un callejón oscuro a altas horas de la madrugada, ¿por qué lo vamos a hacer de viaje por Rusia? Pues eso, teniendo un poco de sentido común no tendremos ningún problema.

De hecho, personalmente me sorprendió la educación y atención de gran parte de los rusos con los que nos cruzamos, especialmente cuando pedíamos algún tipo de indicación (sin hablar ruso).

El idioma puede ser una dificultad, es cierto. Mucha gente (especialmente personas de avanzada edad) sólo habla ruso y, aunque quiera ayudarnos, no va a poder expresarse en otro idioma. En gente joven es cada vez más frecuente poder comunicarse en inglés, e incluso en español.

Pero, aunque no sepamos ruso ni tengamos tiempo para aprenderlo, sí hay una recomendación que me permito hacer antes de viajar a Rusia: tratad de aprender, al menos por encima, el alfabeto cirílico. Sólo un poco, por encima, simplemente para saber cómo se pronuncia lo que hay en los carteles y mapas.

Cada vez hay más lugares (por ejemplo, estaciones de tren y metro) en los que los carteles incluyen un texto en alfabeto latino a modo de traducción, pero conocer algo del alfabeto ruso os permitirá ahorrar bastante tiempo a la hora de, por ejemplo, ubicar la salida de una estación de metro. Además, ¿no os parece interesante saber cómo suenan esas letras tan curiosas?

Plaza Roja Kremlin Hotel National Moscu Rusia
Vista de la Plaza Roja y el Kremlin desde el Hotel National (Moscú, Rusia)

 

¡Ya estamos en Moscú!

Los trámites de visados, la búsqueda de alojamientos y las horas de vuelo hasta Rusia son ya cosa del pasado. Hemos llegado a la capital rusa, y empieza nuestro viaje por este impresionante país.

Dependiendo de los días que podamos quedarnos en Moscú, nuestro ritmo de visita tendrá que ser más o menos rápido. No hay un ritmo único ni un “número exacto de días” para visitar Moscú (¿en serio puede llegar a conocerse TODO Moscú alguna vez?), pero una estimación podría ser unos 3 ó 4 días para conocer la ciudad y, si podemos, al menos uno o dos días para visitar alguna de las ciudades del denominado Anillo de Oro. Del Anillo de Oro hablaremos más adelante, así que de momento centrémonos en los días que vamos a pasar en Moscú.

Os propongo lo siguiente: dedicaremos dos “etapas” para visitar, respectivamente, la zona de la Plaza Roja y el Kremlin. Digo etapas y no días porque no es que se tarde necesariamente un día entero en ver cada uno de ellos, pero cada uno tiene su ritmo y sus intereses (¿conocéis a dos personas que tarden exactamente el mismo tiempo en visitar un museo?) y no me parece justo estandarizar tanto estas propuestas. Pero bueno, si tenéis más tiempo podréis ver las cosas con más calma. Más adelante iremos viendo cómo encajar las visitas a otras zonas y monumentos de la ciudad, e iremos viendo lo que “nos vamos dejando” para verlo el último día.

Plaza Manezhnava Moscú Rusia
Plaza Manezhnaya (Moscú, Rusia)

La Plaza Roja y sus alrededores

No era difícil de adivinar por dónde íbamos a comenzar nuestro recorrido por Moscú, ¿verdad? Porque no hay película ni documental sobre esta ciudad que no incluya, en “primera plana” la Plaza Roja.

Dependiendo de la línea de metro desde la que pretendamos llegar, comenzaremos nuestro recorrido en la estación de Okhotny Ryad (línea 1) o Teatral’naya (línea 2). Os recomiendo la primera de ellas porque, nada más salir del metro, nos encontraremos con el majestuoso Hotel Nacional (hablaremos de él más adelante) y, desde esa acera, ya podremos tener una perspectiva de la zona a la que vamos a acceder, que es el corazón de la ciudad.

Desde el Hotel Nacional, avanzamos hacia la Plaza Roja atravesando la Plaza Manezhnaya. Desde allí se ve el precioso edificio que alberga el Museo Estatal de Historia, y también un punto curioso: el kilómetro cero de Rusia. Si tenéis problemas para ubicarlo, veis algún grupo de gente por esa zona, y alguno de ellos lanza una moneda al aire, ya sabéis dónde está.

Atravesamos la Puerta de la Resurrección y nos encontramos, a la izquierda, con la Catedral de Kazán. La catedral original data del siglo XVII, pero en realidad lo que vemos ahora es una reconstrucción del templo original ya que, en el año 1936, Stalin mandó demoler todas las iglesias de la plaza y, aunque alguna se salvó (ahora sabremos cuál), esta no tuvo esa suerte.

Catedral Kazan Moscú Rusia
Catedral de Kazán (Moscú, Rusia)

Aun así, merece la pena entrar en este pequeño templo, dedicado a la Virgen de Kazán, una de las más veneradas por los ortodoxos rusos. Para quienes esta visita sea su primer acceso a una iglesia ortodoxa, sólo hay que tener en cuenta que las mujeres deben cubrirse la cabeza con un pañuelo como muestra de respeto.

Y por fin llegamos a la impresionante Plaza Roja. Escenario de cientos de desfiles militares y de innumerables escenas de películas, la Plaza Roja es el centro de Moscú. Separa el Kremlin del antiquísimo barrio comercial de Kitay-Gorod, con el que, en la antigüedad, compartía protagonismo comercial. Y allí se encuentra el cuerpo momificado de Lenin, en un mausoleo que se puede visitar y junto al que se encuentran también las esculturas de grandes figuras de la URSS, como Stalin o el astronauta Yuri Gagarin.

Mausoleo Lenin Plaza Roja Moscú Rusia
Mausoleo de Lenin en la Plaza Roja (Moscú, Rusia)

También encontraremos el denominado Búnker 42, un refugio construido a mediados del siglo XX por el miedo que existía a que se desatase un conflicto nuclear. Será curioso repasar los sistemas de telecomunicaciones y salas de máquinas utilizadas durante la Guerra Fría.

Probablemente estéis convencidos de que el nombre de esta plaza tiene tintes políticos. Pues es un falso mito. Parece ser que esta plaza, que en la antigüedad se llamaba Pozhar, tomó el nombre de “Красная” (Krásnaya) en el siglo XVII, y por tanto mucho antes de la Revolución Rusa. La palabra Krásnaya, que actualmente significa “roja”, en ruso antiguo significa “bonita”, y esta plaza se llamaba así en referencia a la preciosa Catedral de San Basilio, que visitaremos a continuación.

Catedral San Basilio Moscu Rusia
Catedral de San Basilio en Moscú (Rusia)

La Catedral de San Basilio se salvó de la “limpieza” que hizo Stalin en la Plaza Roja (de hecho, se dice que fue el propio Stalin quien decidió conservarla). Y menos mal que se conservó… Su construcción fue ordenada por Iván el Terrible en 1554 y consta de nueve capillas independientes, cada una de ellas dedicada a un santo, uno por cada festividad en la que Iván el Terrible ganó una batalla.

La maravillosa Catedral de San Basilio forma parte de ese conjunto de imágenes que todos tenemos en la mente cuando pensamos en Moscú. Su belleza es tal que, según cuenta la leyenda, Iván el Terrible ordenó cegar a su arquitecto para que no pudiese hacer una obra igual. Leyenda o realidad, lo cierto es que sus cúpulas son una maravilla. Por cierto, ¿os recuerdan a algo? ¿Seguro que no? ¿No habéis jugado nunca al Tetris? Pues sí, el fondo de pantalla de este videojuego no es otro que la Catedral de San Basilio. Si sois amantes de este videojuego, al ver la catedral no podréis dejar de tararear la melodía…

Continuamos nuestro recorrido por los alrededores la Plaza Roja en los Almacenes GUM. Los conocidos en la época soviética como “Principales Tiendas Universales” se han convertido en unos lujosos grandes almacenes. Merece la pena darse una vuelta por su precioso interior y, si el tiempo acompaña, probar uno de los famosos helados que allí se venden.

Galerías GUM Moscú Rusia
Galerías GUM (Moscú, Rusia)

A poco menos de 10 minutos de la Plaza Roja se encuentra otro punto importante: el Teatro Bolshói. Este teatro (“Gran Teatro” es la traducción literal de su nombre), construido en el siglo XVIII, es el segundo mayor teatro de Europa, tras la Scala de Milán. Si tenemos suerte y cuadramos bien nuestros horarios, podremos asistir a alguna de sus representaciones.

No lejos de allí se sitúa una de las principales calles comerciales de Moscú: la calle Tverskaya. Un paseo por esta gran calle puede servir para culminar nuestra visita a esta zona. Por ejemplo, podemos comprar caviar y vodka, así como otros muchos productos delicatessen, en la tienda Eliseevsky (en Tverskaya nº 14), que merece la pena visitar, aunque no compremos. Esa tienda es todo un paraíso para los sentidos…

Y prácticamente en el cruce de la calle Tverskaya con el bulevar Tverskoy se encuentra uno de los restaurantes más famosos de Moscú: el Café Pushkin. Es un café-restaurante muy elegante al que, según cuentan, acuden muchos turistas franceses, pues en los años 60 tuvo mucho éxito una canción de Gilberd Bécaud (“Nathalie”), en la que se mencionaba el “Café Pushkin”. Lo curioso es que, hasta 1999 -décadas después de que se compusiera la canción- nunca hubo un “Café Pushkin” en Moscú…

Café Pushkin Moscú Rusia
Interior del Café Pushkin (Moscú, Rusia)

El Kremlin

Probablemente uno de los lugares que, junto con la Plaza Roja, acaparan un mayor protagonismo en el imaginario popular sobre Moscú, el Kremlin es una visita obligada, y pronto veréis que merece la pena.

Antes de nada, hay que saber que, aunque cuando fuera de Rusia hablamos de “Kremlin” nos referimos generalmente al Kremlin de Moscú, pero no es el único. La palabra “Kremlin” significa “fortaleza” y era sumamente frecuente que las ciudades rusas tuviesen una fortificación donde se concentraba el poder político de cada ciudad. De modo que no os extrañéis si, alguna vez, escucháis hablar del Kremlin de otras ciudades rusas.

Vista aérea Kremlin Moscú
Vista aérea del Kremlin de Moscú

Las entradas para visitar el Kremlin pueden sacarse por Internet, y lo recomiendo encarecidamente pues, sobre todo en temporada alta, las colas para acceder son notables, y hemos venido a ver cosas, no a hacer cola, ¿verdad? Pues podéis sacar vuestras entradas aquí y, una vez tengáis el bono (voucher) correspondiente, canjearlo en las taquillas una hora antes de la hora de acceso que hayáis elegido. Atención: el Kremlin cierra los jueves.

El Kremlin de Moscú se encuentra ubicado junto al río Moscova y la Plaza Roja. Es un conjunto de edificios civiles y religiosos que ocupa una superficie de 27 hectáreas. Y allí es donde trabaja (no donde vive) el presidente ruso. Esto hace que las medidas de seguridad en sus accesos sean muy elevadas.

Plaza Catedrales Kremlin Moscú
Llegando a la Plaza de las Catedrales (Kremlin de Moscú)

 

El centro del Kremlin es la Plaza de las Catedrales (o Plaza Sobornaya). Se llama así porque alberga ni más ni menos que tres catedrales:

–         –  La Catedral del Arcángel Miguel es la mayor de ellas. Inicialmente (aprox. 1250) construida en madera, la construcción del edificio que podemos visitar en la actualidad comenzó en 1508. En su interior, de un color muy peculiar, puede verse el panteón de los zares de Rusia, y sus iconos son sencillamente impresionantes.

        –  La Catedral de la Anunciación, que data de 1489 y cuenta con un total de nueve preciosas cúpulas doradas. La base de esta catedral fue otra catedral del mismo nombre, construida aproximadamente un siglo antes.

        –  La Catedral de la Dormición (1479), donde fueron coronados todos los zares y enterrados los obispos metropolitanos y patriarcas de Moscú hasta el año 1700. Merece la pena visitarla con calma, especialmente si queremos descubrir detalles sobre la arquitectura y religión ortodoxa rusa, pues la disposición de esta catedral y su grado de conservación nos permiten corroborar los cánones artísticos de esta arquitectura religiosa tan particular.

Catedral Anunciación Moscú Rusia
Catedral de la Anunciación (Moscú, Rusia)

 

Por si fuesen pocas tres catedrales en una misma plaza, la plaza Sobornaya contiene también otras dos iglesias: la Iglesia de la Deposición del Manto de la Virgen y la Iglesia de los Doce Apóstoles. La primera de ellas era la capilla privada del Patriarca de Moscú, y posteriormente la capilla privada de la familia real rusa, y la segunda también sirvió de residencia de los Patriarcas de Moscú, una figura religiosa institucional que, en muchos casos, rivalizaba en poder con la del propio zar.

El conjunto de la Plaza de las Catedrales queda completado con la torre-campanario de Iván el Grande, gran príncipe de Moscú y el primero en utilizar el título de “gran príncipe de toda Rusia”. Es la estructura más alta de todo el Kremlin y a sus pies se encuentra la denominada Campana del Zar (Tsar Kolokol), una impresionante campana de 222 toneladas y altura de más de 6 metros. Por otra parte tenemos el denominado «Zar-cañón», que se considera el más grande del mundo, aunque no se tiene constancia de que haya disparado nunca…

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Detalle del Zar-cañón con las Catedrales de la Dormición y la Anunciación al fondo

 

En cuanto a los edificios civiles situados dentro del Kremlin, destacan el Palacio del Senado, la Armería del Kremlin y, por supuesto, el Gran Palacio del Kremlin.

El Palacio del Senado es el lugar de trabajo del presidente de Rusia, y el Gran Palacio es la residencia oficial del presidente. Visto el uso que se le da a estos dos edificios, comprenderéis que es difícil llegar a visitar alguno de ellos, y de momento tendremos que conformarnos con visitar la Armería del Kremlin.

La Armería del Kremlin es uno de los mayores museos de Rusia y –no es broma– tardaréis un buen rato en visitarla entera.  Contiene el famoso Fondo de Diamantes, una colección única de piedras preciosas iniciada por el emperador Pedro I de Rusia en el año 1719.

Siguientes pasos por Moscú

Teniendo en cuenta que dentro del recinto del Kremlin no vamos a encontrar ningún restaurante, es probable que lo primero que tengamos que hacer tras la visita sea buscar algo de comer.

Si nos apetece comer algo rápido y continuar rápidamente con las visitas, el centro comercial (subterráneo) de Okhotny Ryad puede ser buen sitio para tomar un tentempié.

Una vez repuestas las fuerzas, os propongo dar un paseo junto a la fortaleza del Kremlin, para observar, ya con más perspectiva, lo que hemos estado visitando y, cuando hayamos descansado, seguir con nuestro recorrido.

Como habréis adivinado, Moscú parece no tener fin. Por eso vamos a interrumpir aquí nuestro paseo por Moscú. Pero muy pronto continuaremos nuestra visita, porque nos queda mucho por ver, por visitar, por experimentar. Parques, edificios, estaciones de metro… Pero todo eso llegará en el próximo post

Espero que te haya gustado este post y, por supuesto, ¡espero tus ideas y comentarios!

¡Hasta pronto!

Terraza Galerías GUM Moscú Rusia

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