
En este post vamos a dirigir nuestros pasos hacia Portugal, un país que, a pesar de la cercanía, sigue siendo un gran desconocido para muchos españoles.
Visitaremos Óbidos, una preciosa ciudad situada al norte de Lisboa, a aproximadamente una hora de distancia. Una ciudad que rezuma Historia y que, al mismo tiempo, es un buen ejemplo de conservación y promoción turística sostenible.
¿Te apetece visitar esta impresionante villa medieval, en la que el chocolate y los libros adquieren un protagonismo tan particular?
Pues… ¡No te olvides el Pijama!
No cabe duda de que la puesta en marcha y la mejora de vías de comunicación es una apuesta de futuro para los países, y contribuye a mejorar su dinamismo económico. Pero también creo que, en cierto modo, y si no planificamos adecuadamente nuestros viajes, provoca que estos acaben siendo menos originales, más «estándar».
Menos de 100 kilómetros separan Óbidos de Lisboa. Una distancia corta pero que, precisamente por corta, puede provocar que el turista «con prisas» no caiga en la cuenta de que, casi a pie de la autopista, tiene una joya que no debería dejar de lado.
Óbidos no es ciudad para prisas. De hecho, la llegada a su casco histórico implica olvidarse del coche, pues todo el centro es peatonal.
La puerta de entrada a la villa ya parece una declaración de intenciones ante el visitante. La Porta da Vila, que alberga un precioso mural de azulejos que representa la Pasión de Cristo, es también la puerta que separa a la ciudad del «mundanal ruido».

A partir de ahí, nuestro recorrido se realiza por una larga calle peatonal, en la que empezamos a tomar contacto con dos de los atractivos más conocidos de la ciudad: el chocolate (¿quién se resiste a probar un vasito de chocolate con «ginjinha» y acabar comiéndose el propio vaso?) y los libros.
Los libros y la ciudad de Óbidos tienen una relación muy especial. No en vano, la ciudad forma parte de la Red de Ciudades Creativas de la UNESCO. Y no nos extrañará, por ello, encontrar varias librerías y anticuarios que permiten que el visitante se sumerja en una atmósfera diferente, especial.

Situada en un alto, la villa de Óbidos es una ciudad fortificada de forma alargada. Resulta fácil visitar la ciudad entrando por la Porta da Vila para recorrer después la Rua Direita hasta llegar al castillo.
Por el camino encontraremos tiendas de recuerdos y artesanía, restaurantes, hoteles, casas, librerías… Sí, es una ciudad turística, es cierto, pero todos estos elementos están adaptados al entorno con muy buen gusto.
Por cierto, los amantes de las buganvillas no querrán marcharse nunca de Óbidos. La forma en que esta planta se integra en la arquitectura urbana de esta ciudad es sencillamente impresionante. Óbidos es una ciudad «fotogénica», no cabe duda.

Mientras paseamos, nos encontraremos con monumentos como la iglesia de Santa María (la iglesia principal). Las diferentes vicisitudes que ha ido viviendo a lo largo de los siglos hacen que esta iglesia conserve rasgos de diferentes estilos (barroco, manuelino, renacentista…).
Todo ello en un edificio que, según la tradición, ocupa el lugar donde se encontraba la mezquita cuando Óbidos estaba en manos de los musulmanes (se sabe que la iglesia fue mandada consagrar por don Afonso Henriques en 1148, una vez reconquistada la villa).

Se cree que la villa de Óbidos empezó a ser una ciudad fortificada en tiempos de los musulmanes. El castillo que vemos proviene de la época medieval pero aunque ahora lo veamos en buen estado, hicieron falta varios años de obras para que se arreglasen los notables desperfectos que sufrió durante el terremoto de Lisboa en 1755.
Una curiosidad: en Portugal, es frecuente referirse a Óbidos como “la ciudad de las Reinas”. Y es que, tanto el rey Alfonso II (siglo XIII) como Dionisio I, (siglo XIV) ofrecieron la villa de Óbidos como presente para sus esposas en su matrimonio. A partir de entonces, y hasta 1834, la villa de Óbidos pasó a formar parte de la dote de todas las reinas de Portugal. No es un mal regalo, ¿verdad?

De manera que la villa de Óbidos ha sido testigo de importantes acontecimientos a lo largo de la historia de Portugal… Pero no solo durante la Edad Media, pues fue en Óbidos donde se preparó uno de los acontecimientos más relevantes de la historia moderna portuguesa: la Revolución de los Claveles (25 de abril de 1974).
¿Cuándo ir?
El clima de Óbidos es bastante suave ya que, a pesar de estar, técnicamente, en el interior, el mar no queda lejos. Por cierto, amantes del surf, entre las cercanas localidades de Peniche y Nazaré se registran las mayores olas del mundo…
La ciudad de Óbidos merece ser visitada en cualquier época del año. No obstante, la época veraniega puede acarrear el problema de encontrarnos con mucha gente. Eso sí, la mayoría de los turistas no se quedan a dormir en Óbidos, así que, si nos quedamos a dormir allí, disfrutaremos de una ciudad maravillosa «para nosotros solos»…
Además de las noches de verano, hay otros dos momentos en que Óbidos se muestra más radiante que de costumbre: cuando celebra su mercado medieval (también en verano) y en Navidad. Si tenéis oportunidad de visitar la ciudad en alguna de esas épocas, no lo dudéis.
Dónde comer y dormir
En cuanto a alojamientos, citaré dos:
La Pousada do Castelo de Óbidos, ideal si queremos vivir la sensación de alojarnos en un castillo. Es algo más caro que el resto, pero podremos conseguir buenos precios si evitamos la temporada alta y reservamos con antelación.
El hotel Josefa D Óbidos, más modesto (también más barato, generalmente) pero situado junto a la muralla. Una buena opción si queremos estar cerca del centro pero sin exceder nuestro presupuesto.
Y en lo que se refiere a restaurantes solo puedo hablar de A Nova Casa de Ramiro. Es un establecimiento elegante, de trato muy agradable (lo reconozco, soy fan de la hostelería portuguesa) y con detalles muy cuidados. Y por supuesto, ¡muy buena comida! Ideal, por ejemplo, para una cena romántica.
Pues hemos llegado al final de nuestra visita a Óbidos. Espero que os haya gustado el post y que os decidáis a visitar esta bonita ciudad, ya sea como excursión desde Lisboa o, si tenéis tiempo y oportunidad, como destino de una escapada.
¡Hasta pronto!
