Rumbo a las Antípodas: Nueva Zelanda

Nueva Zelanda

 

Dicen que las mejores ideas surgen de manera espontánea, sin planificar ni pensárselo mucho. Y estoy de acuerdo, aunque solo en parte. Para la mayoría de los viajes, creo que la planificación aporta valor (dentro de los límites de lo razonable, no hace falta planificar hasta el último detalle). Pero siempre tiene que haber algo de espontaneidad, algo de sorpresa, algo de “siempre quise ir a…”. Pues así surgió la idea de viajar a Nueva Zelanda.

No oculto que ha sido uno de los viajes que más me han gustado y uno de los que, sin duda alguna, repetiría en cualquier momento. “¿No hay otro sitio más lejos de España?”, me preguntaban. Pues lo cierto es que no, no debe de haber muchos. Pero a pesar de la lejanía, Nueva Zelanda ha sido uno de los países en los que más a gusto me he sentido.

Es un país de contrastes. La tranquilidad y seguridad de los campos neozelandeses marida de forma asombrosa con la afición por deportes como el surf, la escalada o el esquí y, por supuesto, con un maravilloso contacto con la naturaleza. Todo ese “maridaje” hace de Nueva Zelanda un territorio muy especial.

En este post, No te olvides el Pijama pone rumbo a las Antípodas. Me quedaría satisfecho si, al menos, consiguiera transmitiros una pequeña parte de la ilusión y experiencias que viví en Nueva Zelanda, ¡espero estar a la altura y que lo disfrutéis!

¿Te vienes a Nueva Zelanda? Pues… ¡No te olvides el Pijama!

Fiordo Milford Sound Nueva Zelanda
Fiordo de Milford Sound (Nueva Zelanda)

 

¿Cómo ir a Nueva Zelanda?

19878 kilómetros. Esa es la distancia que, según Google Maps, separa España de Nueva Zelanda. Espero que a Google no le importe que redondee esa cifra a veinte mil para decir algo que, aunque pueda sonar a obviedad, no lo es tanto. Un viaje de veinte mil kilómetros es un viaje largo. ¿Y por qué digo algo tan simple? Pues porque un viaje de esas características hay que planificarlo bien.

Tenemos por delante casi un día de viaje. Dependiendo de la ruta que escojamos, estaremos dentro de un avión (o de varios aviones) al menos 24 horas, así que hay que planearlo bien. Tanto por el precio (no todas las rutas cuestan lo mismo, y dependerá de cuántas escalas estemos dispuestos a hacer, por ejemplo) como por el propio itinerario que queramos hacer (ya que hacemos un viaje tan largo, quizá nos interese aprovechar la inercia para hacer alguna escala interesante o volar desde ese país que tenemos en la lista de “pendientes” desde hace tiempo… ¿No os parece?).

Las aerolíneas estatales de Nueva Zelanda son Air New Zealand. Serán muy útiles si queremos realizar algún vuelo interior por el país, o como parte del conjunto del viaje (uno de los tramos), o incluso si queremos hacer alguna extensión a territorios “cercanos” (Polinesia, por ejemplo), pero no tiene vuelos directos desde Europa. Sí vuela a Londres, pero siempre haciendo escala en Los Ángeles, Tokio o Singapur. Como veis, tendremos que acostumbrarnos a las escalas, es un viaje largo desde Europa.

Pero hay más opciones interesantes para volar de España a Nueva Zelanda. Por ejemplo, Emirates vuela haciendo escala en Dubái, y es una de las aerolíneas que, a mi juicio, mejor trata a los viajeros.

En definitiva, si invertimos un poco de tiempo en los buscadores (SkyscannerRumboKayak…) podremos encontrar ofertas interesantes. Dependerá de la antelación con que reservemos el vuelo, de su duración y escalas, pero podemos encontrar vuelos de ida y vuelta desde 600 €. Que nos cuadren con nuestras fechas y deseos ya es otro cantar…

Sólo una nota más sobre las escalas: procurad contratar el viaje completo con la misma aerolínea o alianza de aerolíneas, y/o dejar margen suficiente entre escalas para que no perdáis el siguiente vuelo. De lo contrario, cualquier incidente os puede dejar “colgados” a miles de kilómetros de distancia, la siguiente compañía no querrá hacerse cargo de vuestro vuelo (porque no contratasteis todo con ellos) y tendréis que rogar, suplicar, etc. ¡Y lo digo por experiencia propia!

Volcan Rotorua Nueva Zelanda
Rotorua (Nueva Zelanda)

¿Cuándo ir?

Independientemente de las fechas que escojamos para nuestro viaje, hay un detalle que habrá que tener muy en cuenta cuando viajemos a Nueva Zelanda: vamos rumbo al hemisferio sur, por lo que las estaciones son las contrarias a las que tenemos en Europa.

Es decir, cuando en Europa es verano, allí es invierno y, cuando en Nueva Zelanda es verano, en Europa es invierno. ¡Tenedlo muy en cuenta para no aparecer en sandalias y camisa de palmeras cuando toda Nueva Zelanda está pendiente de las nevadas y planificando sus viajes de esquí!

A partir de ahí la cosa va por gustos. Hay gente a la que le gustaría aprovechar los meses de invierno europeo para hacer este viaje, y así librarse del frío y tomar el sol mientras Europa entera se pone el gorro y la bufanda. Los hay que prefieren justo lo contrario, y van buscando el frío. Y los hay que, simplemente, hacen este viaje cuando pueden, cuando les cuadran las fechas y los presupuestos. Personalmente soy del tercer grupo, creo que todas las estaciones tienen su encanto allá donde fuere.

En nuestro caso, viajamos a Nueva Zelanda los últimos días de agosto, es decir, en pleno invierno austral. El tiempo fue razonablemente bueno para ser esa época, y hay que decir que la cercanía del mar ayuda a que las temperaturas sean, en general, suaves. Pero tened en cuenta que Nueva Zelanda es muy montañosa (sobre todo la Isla Sur), y es fácil que os encontréis con nieve en su invierno (de hecho, las estaciones de esquí neozelandesas son muy conocidas en los países del entorno).

Fiordo Milford Sound Nueva Zelanda
Será difícil no incluir el barco entre los medios de transporte a utilizar en Nueva Zelanda

¿Cómo desplazarse por Nueva Zelanda?

Nueva Zelanda es un territorio compuesto, básicamente, por dos grandes islas: la Isla Norte y la Isla Sur. Hay muchas otras islas, más pequeñas, pero generalmente son estas dos las que se visitan.

La capital del país es Wellington, situada al sur de la Isla Norte, pero no es la ciudad más poblada del país. Ese “título” le corresponde a la ciudad de Auckland, situada al norte de la Isla Norte. Casi todos los visitantes que recibe Nueva Zelanda aterrizan en Auckland, y desde allí visitan las dos grandes islas. Ese fue nuestro caso, hicimos un viaje de norte a sur.

Por simplificar lo que os iré contando acerca del viaje, cuanto más al sur os desplacéis, menos población y más paisajes naturales “desiertos” os encontraréis. De modo que, si ya Auckland, con su millón y medio de habitantes, os parece una ciudad llena de espacios naturales, preparaos para la tranquilidad del sur.

Eso significa que lo mejor para visitar estas islas es, sin duda, el coche de alquiler. Os dará una gran libertad y no necesitaréis de medios públicos que, según la zona, podrían ser escasos o, incluso, no existir.

Hay muchas compañías de alquiler de coches en Nueva Zelanda, y sólo hay que tener en cuenta una pequeña restricción: salvo que vuestra compañía os indique lo contrario, no debéis meter el coche en el ferry para pasar de la Isla Norte a la Sur (ni viceversa).

Su operativa suele ser que entreguéis el primer coche en el puerto de Wellington (Isla Norte) y os darán otro en Picton, puerto de llegada en la Isla Sur. Si no cumplís esto, la compañía de alquiler de coches os podrá cobrar un recargo (además de que tendréis que pagar un suplemento por cargar el coche en el ferry).

Otro pequeño detalle: en Nueva Zelanda se conduce por la izquierda. Pero no os preocupéis, generalmente se viaja por carreteras con muy poco tráfico y, además, el cambio automático está muy extendido, por lo que cambiar de marchas “con la otra mano” no será un problema.

Hobbiton Nueva Zelanda
¿Preparados para visitar Hobbiton?

¿Nos vamos?

 Ya tenemos nuestro vuelo, nuestro coche de alquiler y, sobre todo, nuestras ganas de conocer Nueva Zelanda. Así que, en los próximos posts, iré compartiendo con vosotr@s nuestro recorrido por este maravilloso país, desde la ciudad de Auckland, en el norte de la Isla Norte, hasta Dunedin, en el sur de la Isla Sur.

En el próximo post aterrizaremos, por fin, en la Isla Norte de Nueva Zelanda, ese país al que los maoríes bautizaron como Aotearoa, “tierra de la gran nube blanca”.

¿Te apetece conocer Nueva Zelanda? Pues… ¡No te olvides el Pijama!

Espero que te haya gustado este post y, por supuesto, ¡espero tus ideas y comentarios!

¡Hasta pronto!

Ovejas Nueva Zelanda
Las ovejas: las verdaderas "dueñas" de Nueva Zelanda

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